260 días de esperanza y lucha, un viaje de superación y amor en el HCAM

Quito, 20 de febrero de 2025

En un proceso lleno de desafíos, superación y emociones intensas, una pequeña paciente, nacida a las 26 semanas y 5 días de gestación, recibió el alta médica de la Unidad de Neonatología del Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM), donde pasó más de ocho meses recibiendo cuidados intensivos.

Cuando nació el escenario era incierto. Su peso fue de 690 gramos, que reflejaba lo frágil que era su vida, pero también lo firme que sería su lucha reforzada por el amor incondicional de sus padres. El primer llanto, más que una melodía, fue un susurro de esperanza. A partir de ese momento todo el equipo de profesionales de la salud de esta dependencia comenzó a trabajar con un solo objetivo: estabilizarla y salvar la vida.

En el entorno renovado de la Unidad de Neonatología, los médicos, enfermeras y el personal de apoyo luchan cada día por los más pequeños. Sólo en enero de 2025, el HCAM recibió 45 prematuros, 31 de ellos en cuidados intensivos neonatales.

A lo largo de 260 días, el vínculo entre el personal de salud y la familia se hizo más estrecho, apoyando emocionalmente a los padres, y ofreciendo cuidados médicos de alta calidad.
 
Toa, su madre y la pequeña Carla entrelazan sus manos y miradas, descubriendo una complicidad que las acompañará para siempre. "Salió victoriosa, estamos muy emocionados por la posibilidad de compartir con ella en familia", dice.

"Durante estos nueve meses ella adoptó esta área como su primer hogar, las licenciadas y doctoras han sido sus segundas mamitas, dándole amor, calor y protección, cosas que muchas veces mis manos o brazos no alcanzaban a ofrecerle. Estoy muy agradecida con el equipo que ha estado a la altura de mi bebé, poniendo la ciencia al servicio de su bienestar para que pudiera salir adelante. En casa, le espera su hermano de 3 años", comenta la madre visiblemente emocionada.

La lucha de la bebé es un recordatorio de lo que se puede lograr cuando se combina la tecnología, el conocimiento y, sobre todo, la humanidad. Un ejemplo de que, en la medicina, el amor y el compromiso también juegan un papel fundamental en cada recuperación. Después de 260 días, esta pequeña guerrera sale del HCAM, pero lleva consigo la historia de todos los que la acompañaron en cada paso de su jornada.