El implante coclear devuelve la audición a cientos de niños y adultos

Descubrir por primera vez o volver a sentir la sensación que provoca la melodía de una canción, la tierna y firme voz de la madre, los sonidos de la naturaleza y hasta el bullicio que significa estar en un mercado o cualquier otro sonido por más imperceptible que sea, es el milagro más grande que puede vivir una persona que nació sorda o perdió la audición por diferentes motivos. Estas personas pueden volver a escuchar al recibir el implante coclear que ofrece  el Hospital Carlos Andrade Marín del IESS (HCAM).

En la actualidad es la única casa de salud del IESS que ofrece este servicio, a través del "Programa de Implante Coclear" que abrió sus puertas desde el 2005 y ha beneficiado a más de 400 personas de distintos sectores del país. Debido al alto costo de esta intervención los pacientes que carecen de recursos asisten a esta institución que invierte alrededor de USD 30.000 en todo el proceso de cada implante, pero los afiliados y sus familias se benefician sin costo alguno. 

Tomás G. de 14 años de edad hijo de uno de nuestros afiliados, es uno de los beneficiarios del implante. Luego de rigurosos exámenes y al no servirle ninguna clase de audífono externo fue intervenido.

El implante coclear es un aparato sofisticado con alta tecnología que tiene electrónica y electrodos que se coloca de manera permanente debajo de la piel en la cóclea del oído interno, a través de una delicada cirugía. La segunda parte del implante  es el procesador de información, una especie de audífono externo que se coloca detrás de la oreja un mes después de la cirugía, cuando haya cicatrizado la incisión. El audífono está provisto de un software, mediante el cual se programa y calibra el nivel de audio, de acuerdo a la necesidad del paciente, con ello queda activado el implante.

A Tomás le colocarán en pocos días más el procesador, por eso en el primer control después de la cirugía se mostraba inquieto y ansioso de vivir ese momento. "Estoy muy emocionado de saber que voy a poder escuchar mejor, de poder intervenir en las conversiones  con mis amigos y reírme de las bromas que hacemos".

El audífono recibe la información del exterior, la codifica y la envía por ondas de radio al dispositivo interno.  Este aparato recibe la información, decodifica y le convierte en impulsos electrónicos, que son los que estimulan el nervio auditivo. De esta manera el paciente recibe la información sonora que se va almacenando en la memoria auditiva para desarrollar la memoria lingual y poder hablar. El IESS reemplaza cada cinco años el audífono y asume este costo.

En el caso de Tomás, el doctor Marco Guevara, jefe de otorrinolaringología del HCAM y encargado del  Programa indica que este joven tendrá una audición casi normal, porque desde su infancia recibió terapia de lenguaje con lo cual alcanzará una interacción adecuada en su vida escolar, familiar y social.

En el HCAM cada año nacen 4 000 infantes, de estos al menos 2  por  cada mil nacidos vivos presentan esta dificultad.   Estos niños son parte de un proceso de seguimiento, a los seis meses se les coloca un audífono y al año de edad, luego de evaluaciones rigurosas que determinen una sordera severa pasan a ser candidatos para el implante.

Para identificar tempranamente a pacientes con pérdida de audición, el HCAM implementó el programa de Screening Universal Auditivo, que consiste en una prueba de audición para todo recién nacido.

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