Yo ya no era nadie, ahora tengo una nueva vida para luchar

Guayaquil, 18 de marzo de 2024

De cara sonriente, ojos soñadores y ánimo sereno e inquebrantable, Eduardo T., (nombre protegido) es un hombre de la tercera edad, que a sus 65 años se benefició con un trasplante renal en el Hospital de Especialidades Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), una oportunidad que le permite recobrar su vida habitual.

Un día se descompensó, no podía moverse, tenía fiebre y frío, fue cuando acudió al médico del seguro social de Manta para tratarse. Después de realizarle una serie de exámenes, el doctor le advirtió que padecía de insuficiencia renal crónica, que sus riñones ya no estaban funcionando de manera correcta y que debía someterse a sesiones de hemodiálisis si quería seguir con vida.

Se dializó durante cinco años, de los cuales cuatro fueron en el centro médico en el que fue atendido inicialmente. Cuando le hicieron la propuesta para ponerlo  a la lista de espera para un trasplante, aceptó sin dudarlo porque era la única manera de dejar en algún momento las pesadas y tristes sesiones de diálisis, a las que era sometido tres veces por semana. En espera para el trasplante en el HTMC estuvo alrededor de 6 a 7 meses, tiempo que considera pasó muy rápido.

"Uno sale mal de las diálisis con calambres y hasta desmayos, tenían que acostarme nuevamente hasta recuperar la conciencia y que me reanimen", señala Eduardo T.,

Con lágrimas en los ojos de la emoción, Eduardo T., comenta que sus nietas son sus pilares, ellas son las que lo esperan y animan a seguir adelante, ahora con el trasplante puede disfrutar tiempo con su familia e incluso llevar a sus nietas a la escuela, lo que antes le era imposible por su exigente horario de tratamiento. "El IESS me salvo la vida porque pasaba encerrado en mi casa ¡yo ya no era nadie! ahora tengo una nueva vida para seguir luchando cada día", afirma.

Confiesa que se siente culpable por la enfermedad que desarrolló porque antes de ser diagnosticado no se cuidaba y bebía, esto fue afectando su salud lentamente. "De toda mi familia yo soy el primero que me hago diálisis. A veces, uno mismo busca esto tomaba incluso tres días seguidos", agrega.

Mientras espera que le den de alta, comenta que siempre recomienda a sus amigos que se cuiden para evitar la enfermedad renal crónica, pues es una de las más terribles que existen debido a que se puede convertir en una patología mortal, si no se trata a tiempo.